Totalmente relajada estaba Paulina, horas antes de su casamiento con Andrés. Simplemente feliz del momento que estaba pasando, y todavía por pasar. Por lo menos esa fue la sensación que me dio cuando fui al Hotel donde se estaba preparando, junto a mi amigo y colega Fede Pedroletti que me acompañó esa noche.
Luego de unas fotos en el Cetro Real, donde la acompañaron su madre y hermana, decidimos irnos unos 15 minutos antes de lo habitual. Siempre estamos hasta último minuto con las novias, para sacar alguna foto con el vestido puesto. Pero como no es hasta último momento que suelen estar preparadas, siempre terminamos corriendo hacia la Iglesia y con los segundos contados. Con el riesgo que eso implica. Así que esta vez decidimos salir antes, sea como sea que este la novia, pero asegurarnos llegar a tiempo a la Iglesia.
Todo según lo planeado. Hasta que llegamos a la altura del shopping Alto Rosario. Había muchos autos. Pero como había una calle que estaban arreglando y los autos tenían que desviarse supuse que era solo eso. Después de 40 minutos sin movernos un metro ya no sabía que hacer. Hacía mucho que no me desesperaba tanto. Llegamos unos 15 o 20 minutos después de la hora de la ceremonia, pero por suerte gran parte de los invitados, incluyendo la novia, había tomado el mismo camino. Así que salió todo perfecto.
Luego nos fuimos al salón Amarras de la fluvial para el casamiento por Civil de Paulina y Andres, para luego bajar al salón principal, Terrazas del Paraná donde los festejos llegaron hasta la madrugada.
Muchas felicidades a los chicos!!