Como describir esos primeros minutos, que pude estar cara a cara. Ella con los ojos abiertos como si podría mirarme, y yo que no podía parar de llorar de felicidad suprema. Hay que vivirlo! Sin dudas. No hay nada que se pueda parecerse, ni remotamente!
No importa el cansancio que tanto me había advertido que sufriría, los cambios de pañales o gritos de llantos que aturden. Simplemente cuando la tengo en brazos, me deja totalmente hipnotizado. Cuanto AMOR que puede genera esa personita. Que increíble milagro es esta nueva vida en el mundo. Todo tiene sentido ahora. Soy infinitamente feliz!